El Club de gimnasia rítmica Villa de Getafe entrena tres días en semana en el pabellón M4
¿Qué cualidades debe tener una gimnasta de rítmica? Flexibilidad, capacidad de sacrificio y concentración. Rosa Arroyo, directora de un club lo tiene claro: “En este deporte la disciplina es fundamental”. Las siete gimnastas que representarán a la Comunidad de Madrid en el Campeonato Nacional de Base lo saben bien. El próximo objetivo: “Conseguir que la rítmica cuente con una instalación deportiva propia”.
Ya son tres los años que el Club Villa de Getafe de gimnasia rítmica lleva en funcionamiento. Rosa Arroyo, su directora, hace un balance “muy positivo de todo este tiempo. Hemos madurado como club y se empiezan a ver los resultados”. Por eso, el año pasado decidieron poner en funcionamiento la escuela. ¿El porqué? “Queríamos que las chicas se iniciaran en la rítmica compartiendo espacio con las gimnastas del club. Así se acercarían a la técnica en un entorno en el que se respira disciplina, algo muy importante dentro de este deporte. Ellas son nuestra cantera”.
Compartiendo espacio Su lugar de entrenamiento es el pabellón M4. “Compartimos instalaciones y eso nos dificulta bastante las cosas”. Entrenan tres días a la semana, a veces cuatro, dos horas diarias. “Es poco tiempo, si tenemos en cuenta que en montar y desmontar los tapices perdemos media hora”. A pesar de los inconvenientes, las alumnas acuden a su cita con ilusión. También lo hacen sus entrenadores. Tania Moreno, al frente de la escuela, y Rosa Arroyo, María García y Luis Suárez a los mandos del club conforman el equipo técnico. “También contamos con la colaboración de una fisioterapeuta”, indica Arroyo. “Trabajamos con niñas desde los 7 hasta los 17 años, lo que nos permite preparar conjuntos en todas las categorías, desde prebenjamín, hasta cadete”. Para la directora “la gimnasia rítmica es un deporte muy sacrificado que requiere tiempo y además de condiciones físicas, también hace falta mucha preparación psicológica”. Los conjuntos “repiten y repiten las coreografías antes de acudir a una competición”. Un día de entrenamientos para estas gimnastas se divide así: primero, “calentamos y trabajamos la flexibilidad y después trabajamos con cada uno de los equipos sus coreografías. Las más pequeñitas hacen manos libres y el resto, en función de su categoría, maneja aparatos: pelota, aro, cinta, mazas o cuerda. Para esto nos queda media hora escasa, por lo que solemos aprovechar los festivos, como la Semana Santa o la Navidad, para darle caña… Este deporte da resultados a costa de repetir y repetir el mismo movimiento mil veces y por eso el tiempo es importante, al igual que la disciplina”. Se empieza por la ropa, el pelo… “Es como cualquier otro deporte. Si para jugar al fútbol hacen falta unas botas de tacos para practicar la rítmica hay que venir con punteras”. Todas las niñas amantes de la rítmica tienen una oportunidad de entrar en este club o en su escuela. “Convocamos pruebas de selección todos los años. Toda la que quiera puede venir”, narra Arroyo que al rato hace una confesión: “Sería maravilloso poder contar con una instalación exclusiva para la gimnasia rítmica en el municipio. Al fin y al cabo, este deporte mueve solo en Getafe a cerca de 5.000 niñas”.
Un conjunto campeón
El conjunto alevín del Club de gimnasia rítmica Villa de Getafe es el claro ejemplo de que el municipio tiene una buena cantera de gimnastas. Cynthia, Laura, Miriam, Ángela, Alicia, Pilar y Nuria son las siete niñas que representarán a la Comunidad de Madrid en el Campeonato nacional de base que acogerá Santander del 21 al 23 de noviembre. Llegar hasta ahí no ha sido fácil. “Hemos trabajado muy duro y estamos muy contentas de haberlo conseguido”, afirma una de ellas. Con un ejercicio de 5 pelotas, este conjunto subió a lo alto del pódium en el campeonato clasificatorio de la Comunidad de Madrid que asumió el municipio de Moralzarzal. El oro les hizo olvidar el sudor derramado en los entrenamientos previos. Y los nervios. “Estuvieron a flor de piel durante toda la competición”, confiesa la directora del club, Rosa Arroyo. El coreógrafo del conjunto, Luis Suárez, no se olvida de las cinco horas diarias que emplearon en el mes de julio para montar la composición. En agosto, vacaciones, y en septiembre, vuelta al trabajo: “Repetir y repetir el ejercicio e ir corrigiendo”. Las gimnastas afrontan la competición que las enfrentará a los mejores conjuntos alevines de la serie básica “como si fuera un entrenamiento, pero con más gente”. Su objetivo: “Hacerlo lo mejor posible y disfrutar”. En la grada, sus padres y madres les arroparán en todo momento. “Es la primera vez que vamos a un campeonato nacional y no nos lo perderíamos por nada del mundo”, afirma Javier Hernández, progenitor de una de las gimnastas. “Estaremos en la retaguardia. Sabemos que será una experiencia inolvidable para ellas tanto fuera como dentro de la cancha”. Y es que estas siete chicas no solo ejecutarán su ejercicio sobre el tapiz santanderino, sino que también compartirán habitación y hotel con sus compañeras y rivales. “Va a ser como un campamento”.
La trayectoria de un coreógrafo
El coreógrafo Luis Suárez aterrizó en el Club Villa de Getafe de gimnasia rítmica “por amistad. La fisioterapeuta era amiga mía… Me lo propuso con la idea de que viniera los sábados a echar una mano y así empecé… Poco a poco te vas implicando más y más… Ves que las niñas progresan y al final te metes hasta el cuello”. Suárez es hoy el entrenador del conjunto alevín que ha conseguido clasificarse para el Campeonato nacional de base con un ejercicio de pelota que lleva su firma. Antes de tomar las riendas del equipo, ejerció como entrenador nacional en diferentes clubes: “Fui gimnasta de artística y estuve en el equipo nacional júnior en el año setenta y tantos. Empecé a bailar y por medio de relaciones personales acabé de coreógrafo en un club de rítmica que estaba empezando. Se me dio una oportunidad en el club de Tenerife Cepsa, que era el más potente que había antes en España… Y bueno allí empecé a hacerme un nombre”. Tras esta experiencia Suárez dio el salto a la competición internacional. Tras vivir in situ varios juegos olímpicos como coreógrafo fichó por el equipo de rítmica de los EEUU.“Dejé este deporte en Atlanta 96 para dedicarme a la danza”. Hoy combina su trabajo en un programa televisivo “con esto”. Suárez se muestra orgulloso de sus chicas. “La mayoría de ellas fueron campeonas de la categoría benjamín en promoción… Es un conjunto que ya empieza a ser conocido en la Comunidad de Madrid y eso nos llena de orgullo”.
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